Hace un año me debatía entre la angustia y el miedo.
Hoy, siento que todo aquello ocurrió hace una eternidad.
Increible la fórmula que aplica el cerebro a no querer recordar
aquello que nos hizo daño.
No hay olvido, pero parece que los recuerdos intentan disfrazarse
con un traje oscuro para perderse por el interior de nuestros pensamientos.
¿Terapia emocional? ¿Subsistencia?
No hay respuesta. No se sabe y no se contesta.
Sencillamente: olvido terapeutico, pues…… bendito olvido.
Y ahi estoy yo, coronada de flores, despidiendome de un verano
que ya se ha ido.
Un verano andarín, distraido, viajero, tranquilo, kilometrico,
divertido, ameno, natural, distinto.
…….Me casaron al estilo hippy, me examinaron de química…. o era bioquímica??,
me festejaron. me engalanaron,
Cenas, comidas, más cenas, más comidas.
Reí, lloré, me emocioné, discutí, me arrepentí.
Un verano coronado de muchos adjetivos pero que
han conseguido cambiar la rutina de mis dias.
Resumiendo: Un verano feliz.